Aunque mantener el ritmo en temporada baja «es más complicado», muchos restaurantes apuestan por seguir ofreciendo lo mejor de su cocina tanto a la gente local como a los que visitan la isla en invierno.

FUENTE: PERIÓDICO DE IBIZA (SUP. GASTRONOMÍA DE OTOÑO), 27 OCTUBRE 2024 (extracto)

Mientras muchos restaurantes cierran sus puertas en temporada baja para disfrutar de unas merecidas vacaciones, algunos apuestan por el encanto del invierno y ven una oportunidad para ofrecer a sus clientes una experiencia más relajada y personalizada, lejos de las multitudes del verano.

Además, permanecer abiertos en invierno asegura una plantilla estable para cuando empiece la temporada y aunque «los números son más difíciles de cuadrar», se mira un poco más el resultado global. Así lo expone Miguel Tur, presidente de la Asociación de Bares, Restaurantes y Cafeterías de Ibiza y Formentera (Pimeef Restauració). Según Tur, mucha gente abre en invierno para mantener el personal, seguir el ritmo, y prefieren «perder un poquito o mantenerse», pero así garantizar una estabilidad laboral todo el año. Y es que «el objetivo del invierno es no perder, porque trabajas mucho un día o dos a la semana y tienes cinco días muy tranquilos».

Otra de las ventajas de abrir todo el año es que los restaurantes aseguran tener una base de «clientela local más o menos estable», que fluctúa menos, «que no significa que te vaya mejor, pero a lo mejor has bajado mucho menos que la media». Para Tur, el sector de la restauración está volviendo a la normalidad de antes de pandemia, un año «donde las ventas se han reducido un poco y no ha sido para todos igual». «Ha sido una temporada de ajuste. El año pasado fue una temporada bastante buena y este año ha estado bien. En el caso de restauración quizás sí que hemos padecido un cierto cambio de tipología de turista a los últimos dos años». El presidente de los hosteleros de la Pimeef recuerda que con el Covid-19, había menos gente que venia de ocio, porque las empresas estaban cerradas, así que vino otro tipo de público que iba más a restaurantes. «Este año se ha vuelto a lo que era antes del Covid-19, es decir, la isla a nivel de ocio ha funcionado bastante bien, a nivel de números, a través del aeropuerto parece que ha entrado más gente que otros años aunque ha habido menos pernoctación. Lo que ocurre ahora es que hay mucha gente, pero con ese perfil más de ocio. Ese público más familiar que corre, pasea y va a restaurantes ha venido un poco menos y esto al sector de la restauración le ha afectado, no a todos por igual, ya que los restaurantes que tienen abierto todo el año han capeado mejor la temporada porque tienen a lo mejor una entidad local que les estabiliza más que los que son más turísticos, que han podido padecer un poco más».

Otro punto a destacar es la capacidad de gasto debido a los precios de la isla, ya que la inflación y los tipos de interés afectan mucho a las familias. En definitiva, para Tur se han juntado las dos cosas: que ha venido menos gente «de nuestro público potencial» por un lado y que ese público
potencial que ha venido tiene menor capacidad de gasto. «No es lo mismo una familia que son dos, tres o cuatro personas que tienen que alquilar coche, hotel, salir a restaurantes, que a lo mejor venga una sola persona que solo tiene que pagar sus gastos. Las familias ahora se lo miran más y tienen menor capacidad de ahorro».

Turismo familiar
Una de la preocupaciones del sector de cara a la próxima temporada es la evolución de los precios turísticos para las familias que vengan a Ibiza. «Hay un ‘run run’ que todos los restaurantes estamos oyendo: que venir a Ibiza es muy caro y no sale a cuenta, y este tipo de público familiar que suele normalmente venir a Ibiza cada vez lo tiene más complicado, porque los precios en general de toda la isla no le compensan en muchas ocasiones y ahí tenemos una amenaza que tenemos que ser conscientes y evitar. No podemos caer en ese error especialmente si la calidad no
acompaña ese incremento de precio». Tur asegura que su «temor» es que dejen de venir familias, ya que se trata de un público que va a comercios, restaurantes, playas, gasta de forma muy repartida en pequeñas y medianas empresas y no los podemos perder porque nos vea caros.

Como «noticia positiva», Tur añade que la próxima temporada será parecida a esta, y destaca que los tipos de interés parecen que están bajando y eso cuando les toque revisión a las hipotecas hará que las familias tengan más recursos para poder gastar en ocio, aunque eso es algo «que no ocurre de forma inmediata».