- Lunes, 23 Septiembre 2024
- Fecha de publicación
Los presidentes de las asociaciones de carniceros, pescaderos y panaderos y pasteleros de la Pimeef han tenido una temporada entre «rara» y «normal» en la que han caído las ventas en hostelería. FOTO: Diario de Ibiza.
FUENTE: DIARIO DE IBIZA (suscripción), 23 SEPTIEMBRE 2024
Estela Torres Kurylo
Esta temporada se ha visto gente en Ibiza como cada año pero son varios los sectores que destacan unos resultados un poco inferiores o peores a los del año pasado. Las asociaciones del sector de alimentación de la Petita i Mitjana Empresa d'Evissa i Formentera (Pimeef) también han notado los días raros de los que todo el mundo habla: «Ha habido días que no eran el boom aquel en el que había gente a la que no se podía atender. Había una bajada sin más y luego otro día se volvía a recuperar», indica Juan Luis Ferrá, presidente de la Asociación de venta al por menor de productos cárnicos y derivados de la Pimeef.
Estas fluctuaciones, sin embargo, no significan que para los carniceros haya sido una mala temporada, solo que ha sido «rara»: «Estamos mal acostumbrados a que siempre tenga que haber más trabajo del que se puede hacer», apunta Ferrá. El presidente, además de trabajar con restaurantes, supermercados, hoteles y el consumidor final en Ibiza, también viaja semanalmente a la Península para suministrar a algunos establecimientos. «Allí también se ha dado el mismo problema», apunta. Por este motivo, Ferrá considera que la rareza no es algo puntual que se haya dado sólo en Ibiza.
Hoteles de cinco estrellas
De todos los sectores con los que trabajan los carniceros, los días más extraños los han registrado en los restaurantes. Para Ferrá, puede que esto lo explique el bajo poder adquisitivo de la gente, que ha consumido más en supermercados que en restauración. Ferrá compara esta situación con el año de la pandemia, en el que, al cerrar la noche, el público «cambió totalmente. Era público de restauración y para el sector la temporada fue buenísima». Ferrá compara el público joven y fiestero que ahora se ve más en todos los lados, con las parejas y familias que trajo el covid.
En este tiempo, para la asociación de carniceros, por lo menos, han crecido sus clientes, como los hoteles: «Todos los que tienen cuatro o cinco estrellas tienen que consumir productos locales, de kilómetro cero», explica Ferrá.
Mano de obra
Esta temporada, con los hoteles sí que ha sido más estable, señala el presidente, antes de apuntar que, aunque el beneficio que les generen es pequeño, «un poco de un hotel es mucho» para ellos
Para Ferrá, la mayor carencia de esta temporada se centra en la mano de obra, que generó una «pequeña guerra» en el sector de la restauración a principios del verano e influyó en que se tuvieran que subir los sueldos del personal. Para los carniceros «no es sólo el repartidor. Es el vehículo, los seguros y todas las cosas que van saliendo», recalca Ferrá, sobre cuestiones que influyen en que se toque un poco el precio de los productos, sin dejar de insistir en que «esto pasa aquí y en la Península».
Entre los problemas de la isla que se repiten en el territorio nacional Ferrá también comenta el encarecimiento de la vivienda, que es uno de los motivos que señala Jordi Riera, presidente de la Asociación de Panaderos y Pasteleros de la Pimeef, como una cuestión que hay que mejorar de cara a la próxima temporada: «Espero que se pueda normalizar todo un poco para que la gente pueda venir a trabajar en unas condiciones más aceptables», indica.
Esta temporada, Riera calcula que el consumo de sus clientes ha bajado entre un ocho y un nueve por ciento, en comparación con el año pasado. Entre sus clientes habituales se encuentran algunos restaurantes, supermercados pequeños y sobre todo hoteles.
Turismo en casas
Riera cree que el descenso que han notado puede deberse a que «ha habido más turismo de casas o de vivienda turística y seguramente hayan ido más a supermercados y no tanto a hoteles y restaurantes». Sin embargo, igual que Ferrá, Riera advierte: «Tampoco hace falta que siempre haya subidas inmensas. Todo el mundo quiere aspirar siempre a más pero eso tampoco es algo coherente».
Teniendo en cuenta los diferentes factores que influyen en el coste de los productos, Riera apunta que «ahora parece que todo está un poco más estable». A principios de año regularon un poco sus precios y de momento los mantendrán así: «Salvo que varíe algún producto relacionado con el aceite de oliva, que de momento está intratable [...] Al menos hemos dejado de sufrir en el sector de harinas, porque hace un año y medio con los azúcares, las mantequillas, el aceite... Parecíamos malditos».
Demasiada competencia
Para José Moya, presidente de la Asociación de Comerciantes de Pescado de Ibiza y Formentera, esa aspiración a más a la que se refiere Riera es lo que ha traído demasiada competencia a la isla: «Todo el mundo quiere vivir de tres meses», señala.
Para los pescaderos, este aumento de la competencia ha influido en que su producto se haya vendido al mismo precio o un poco más caro que otros años: «La gente pone precios que no corresponden a las cosas», afirma. En su caso venden a «restauración, algunos mercados, embarcaciones, casas...» y considera que este verano ha habido «menos barcos y menos turismo», por eso define la temporada como «normal».